A intelixencia artificial, o traballo e o ensino

José Castro López Xornalista e vicepresidente da APG
“As máquinas” da Cuarta Revolución Industrial mecanizan e robotizan a vida familiar e social, a industria, o comercio e os servizos, e relevan aos traballadores en vellas profesións e oficios. No queda sector de actividad que no se vea afectado. Es la mayor revolución de la historia, pues lo está cambiando todo. Y, por si fueran pocos el impacto y los cambios de esta era tecnológica, ahora irrumpe la inteligencia artificial con ChatGPT, que traerá consigo una nueva revolución sin que ninguna actividad humana quede fuera de su alcance.

El término IA se acuñó en 1956 en Estados Unidos durante un encuentro científico para explicar cómo algunas máquinas simulaban procesos de la inteligencia humana y su evolución fue siempre de la mano de los avances en computación. Se trata de una herramienta que no genera conocimiento, sino que utiliza el ya existente y maneja cantidades ingentes de información que nos ayudan en el trabajo y en la toma de decisiones. Los sistemas de la IA generativa, dice David Cox, director del MIT-IBM Watson AI Lab, pueden clasificar y predecir, pero también generar imágenes, arte, un texto que parezca escrito por un ser humano o tener interacciones muy naturales [1].

OpenAI, la empresa creadora del chatbot con inteligencia artificial generativa ChatGPT, ya ha lanzado una nueva versión de su herramienta que es capaz de ver, oír y hablar con los usuarios —que, hasta el momento, solo podían interactuar con las distintas versiones de ChatGPT por escrito—. Ahora ya se puede tener una conversación y escuchar las respuestas de la máquina, así como mandar fotos, imágenes, capturas de pantalla y documentos al chat para obtener respuestas específicas.

Impresiona la rapidez con que se mueve todo en este mundo. Los cambios económicos, laborales y sociales ya eran intensos y, con la IA, van a ser brutales, pues tendrán grandes repercusiones en todos los ámbitos de la sociedad. Nada quedará fuera de la órbita de la IA, si bien las transformaciones más visibles van a estar en el trabajo y la enseñanza.

El trabajo

En 1995 Jeremy Rifkin publicó El fin del trabajo[2], en el que sostiene que el avance tecnológico destruye más puestos de trabajo de los que crea y genera un alto desempleo estructural. Después de la profecía inquietante de Rifkin aparecieron otros estudios sobre ese tema, como El futuro de las profesione[3], en el que Richard y Daniel Susskind —padre e hijo— intentan conjurar el miedo creciente al determinismo tecnológico, que es verdad que trae consigo la muerte de muchas profesiones, pero las tecnologías, afirman, “más que el fin del trabajo, representan el principio de nuevas profesiones”.

Este debate reaparece ahora. Muchos expertos coinciden en que la IA destruirá millones de puestos de trabajo. El fundador de OpenIA, Sam Altman, pasó por Madrid en mayo y dejó dicho: “Con la inteligencia artificial habrá empresas de 1000 millones de dólares llevadas por una sola persona”[4]. Por su parte, Nouriel Roubini, profesor de Economía de la Universidad de Nueva York, al ser preguntado en una entrevista reciente sobre cómo la inteligencia artificial va a cambiar la economía y la sociedad, se mostró apocalíptico: “La inteligencia artificial nos va a sustituir a todos, también a usted y a sus lectores. Cualquier cosa que usted haga una máquina la hará mejor. Nadie está a salvo… El ser humano va camino de la obsolescencia”[5].

Por contra, el citado David Cox dice: “No hay que sentir pánico a la inteligencia artificial, no nos quitará el trabajo. Nuestra sociedad sabrá adaptarse a sus desafíos”1. Esta es también una de las conclusiones de un estudio y dos encuestas realizadas por IBM Institute for Business Value, aunque “no creen que la tecnología vaya a suponer pérdida de empleos, pero sí conllevará la reestructuración de empresas y procesos, además de aptitudes de los propios trabajadores” [6].

Lo cierto es que nunca deberíamos “demonizar” a una tecnología que nos ahorra esfuerzos. Es verdad que la IA reemplazará a las personas en muchas tareas y que, como en cada avance tecnológico, se perderán puestos de trabajo. Pero como ocurrió a lo largo de la historia, la propia IA generará nuevos empleos. “Hasta ahora, la tecnología siempre ha creado más empleos de los que ha destruido”, dice Andrew McAfee [7], economista del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT).

Formación permanente

En lo que coinciden todos los expertos es en que los empleos que surjan al amparo de la IA van a ser desempeñados por personas que tengan siempre como objetivo la formación y el reciclaje permanentes. El estudio citado de IBM Institute for Business Value6 estima que el 40 % de toda la mano de obra mundial tendrá que adquirir nuevos conocimientos. Unos 1400 millones de personas de los 3000 millones que componen la mano de obra tendrán que volver a formarse en alguna competencia, reconvertirse, aprender nuevas habilidades para desempeñar los nuevos puestos de trabajo o los preexistentes que hayan sido replanteados. Otra conclusión de este estudio es que este es un momento crucial para que los departamentos de recursos humanos diseñen la estrategia de transformación de la organización y cómo combinar las personas y la IA para llevarla a cabo.

En este sentido, Bill Gates, fundador de Microsoft, puntualiza que la sociedad tendrá que aprender a utilizar esta poderosa herramienta de la IA y eso implica que las personas tendrán que reciclarse permanentemente [8].

La enseñanza
Otro ámbito en el que la IA está impactando con fuerza es la enseñanza, donde irrumpió con tanto vigor que tiene asustados a los profesores y fascinados a los alumnos, que ya no copian, ahora usan ChatGPT, que “te hace los deberes en minutos”[9]. Esta situación llevó a un profesor de Historia de la Universidad Complutense de Madrid a decir: “Vuelvo al examen porque los alumnos hacen los trabajos con el ChatGPT”[10].

De nuevo los expertos recuerdan la preocupación que mostraban los profesores cuando hace unas décadas aparecieron las calculadoras y los ordenadores ante la posibilidad de que estas herramientas obstaculizasen el aprendizaje de sus alumnos. Bill Gates establece un paralelismo entre esas inquietudes y el miedo a que ahora los estudiantes utilicen IA para hacer sus trabajos de clase. Su propuesta es que “del mismo modo que enseñamos a los alumnos a utilizar Google de forma correcta, los profesores deberían preparar a sus alumnos sobre cómo ChatGPT puede ayudarles en el aprendizaje”8. Gates no cree que las aulas vayan a ser muy diferentes en el futuro y señala que la inteligencia artificial revolucionará multitud de sectores, pero que “el aprendizaje seguirá dependiendo de las grandes relaciones entre los alumnos y los profesores”8.

Regulación de la IA

Un apunte final sobre la regulación. La inteligencia artificial es una herramienta que puede hacer grandes trabajos y mejorar nuestras vidas. Sin embargo, su uso indiscriminado y sin regulación alguna la convierte en un arma peligrosa que puede tener efectos perversos sobre la vida de las personas en el ámbito laboral y en el educativo —recuerden los episodios del colegio de Almendralejo—.

La IA llegó a los colegios sin estar regulada. En consecuencia, dice el inspector de enseñanza Juan Carlos Varela Vázquez:

Necesitamos eliminar los riesgos de una aplicación sin control que derive en una distracción permanente del alumnado, en un conocimiento menguante y en la desaparición gradual de la decisiva presencia docente. Una tecnología no reglamentada supone una amenaza para la democracia y los derechos humanos cuando, además, invade la privacidad de los menores o incita al odio[11].

Cabe decir lo mismo del ámbito del trabajo. El uso de la IA para la gestión empresarial, que ayudará a tomar decisiones para optimizar todas las capacidades empresariales, incluida la evaluación del desempeño de los trabajadores, tiene que ir acompañado de la protección de sus derechos laborales.

Pero, regulación aparte, la actitud a tomar no puede ser la resistencia a esta nueva herramienta ni su prohibición. Los cambios son inevitables e irreversibles y lo que procede es integrar las nuevas tecnologías para asimilarlas y sacar provecho de ellas.

Regulación de la IA

La revolución tecnológica avanza implacable. Está teniendo un impacto sin precedentes en todos los sectores y el que no espabile —tanto los países como las personas— no ganará el futuro, sino que se quedará en el camino. El consultor de gestión Reg Revans afirmó que “toda persona y organización que quiera sobrevivir tiene que aprender al menos con la misma rapidez con que cambia el entorno”[12] para evitar la obsolescencia personal y empresarial. Es la conocida como Ley de Revans, que consagra el aprendizaje activo y permanente como una actitud en un mundo en el que, como ya dijo Heráclito en el siglo V antes de nuestra era, “nada existe de modo permanente, todo es devenir, todo cambia”. Y, en esta época, cambia a velocidad inusitada.

Dejó dicho Stephen Hawking que “el éxito en la creación de la inteligencia artificial sería el evento más grande en la historia de la humanidad. Desafortunadamente, también podría ser el último, a menos que aprendamos a evitar los riesgos”[13]. Ese es el reto de todos ante esta novísima era tecnológica.

[1] Colmenero, R. F. (13 de junio). David Cox. El ingeniero de Harvard que desmonta los miedos a la inteligencia artificial: “Nunca sacaremos a los humanos de la toma de decisiones”. El Mundo. https://bit.ly/473hD7S

[2] Rifkin, J. (1995). The end of work: the decline of the global labor force and the dawn of the post-market era. G.P. Putnam’s Sons.

[3] Susskind, R. y Susskind, D. (2016). El futuro de las profesiones: cómo la tecnología transformará el trabajo de los expertos humanos. TEELL.

[4] Pérez Colomé, J. (22 de mayo de 2023). Sam Altman, en Madrid: “Con la inteligencia artificial habrá empresas de 1000 millones de dólares llevadas por una sola persona”. El País. https://bit.ly/46LBadt

[5] Sánchez, C. M. (10 de febrero de 2023). Nouriel Roubini: “La inteligencia artificial nos va a sustituir a todos. También a usted”. La Voz de Galicia. https://bit.ly/479L6NO

[6] IBM Institute for Business Value (2023). Augmented work for an automated, AI-driven world: boost performance with human-machine partnerships. IBM. https://bit.ly/3tOwLrA

[7] Beuth, P. (24 de marzo de 2023). Andrew McAfee: “La inteligencia artificial creará empleos para gente especialmente talentosa”. La Voz de Galicia. https://bit.ly/47aA76O

[8] Tenore, H. (13 de julio de 2023). Bill Gates habla sobre los riesgos de la IA y afirma que los empleados necesitarán “formación” y “apoyo” conforme su lugar de trabajo se transforme. Business Insider. https://bit.ly/49a578C

[9] Gutiérrez, M. (11 de marzo de 2023). Los alumnos ya no copian, ahora usan ChatGPT: “Te hace los deberes en minutos”. La Razón. https://bit.ly/40cDTu0

[10] Sanmartín, O. (11 de septiembre de 2023). El profesor universitario que ha vuelto al examen tradicional: “Mandar trabajos no sirve porque los alumnos usan ChatGPT”. El Mundo. https://bit.ly/46NuI5L

[11] Varela Vázquez, J. C. (28 de septiembre de 2023). IA: y ahora ¿cómo metemos al genio tecnológico en la botella? La Voz de Galicia. https://bit.ly/46OfgGi

[12] Action Learning Associates. (s. f.). Reg Revans. https://bit.ly/45SmxDI

[13] Universidad de Cambridge. (19 de octubre de 2016). “The best or worst thing to happen to humanity” – Stephen Hawking launches Centre for the Future of Intelligence. https://bit.ly/3QBJmaG