La doctora en Humanidades y Comunicación Audiovisual, escritora, docente e investigadora sobre emociones y relación amorosas Coral Herrera Gómez, conferenciante en el VI Congreso Medios de Comunicación e Igualdad de Género -que tuvo lugar en el auditorio de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Santiago de Compostela-, afirmó en ese foro que “los medios de comunicación y las industrias culturales deben asumir la enorme responsabilidad que tienen en la construcción de la realidad, y en el poder que tienen para erradicar la desigualdad y la violencia machista”. No obstante, Herrera también cree que “podemos transformar nuestras formas de comunicarnos, de transmitir información y conocimiento, y de ofrecer entretenimiento”. Y esa transformación mediante la que, según ella, “es posible cambiar el mundo”, debe producirse “desde la ética del amor y la filosofía de los cuidados”. La conferenciante habló de mitos, de estereotipos y de cómo mejorar nuestra sociedad a través de la comunicación: “Se trata de tomar conciencia sobre cómo transmitimos y perpetuamos el machismo, y de cómo cambiar los valores y principios del patriarcado para comunicar desde los valores de la igualdad y los derechos humanos”.
En la inauguración del Congreso, organizado por la Asociación de Periodistas de Galicia en colaboración con la Consellería de Política Social e Igualdade de la Xunta de Galicia y de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la USC, participaron la directora xeral de Promoción da Igualdade, María Quintiana Pérez, la decana de esa Facultad, Ana Isabel Rodríguez, y la presidenta de la APG, María Méndez. La directora xeral de Promoción da Igualdade reconoció que, “en una época muy complicada a nivel informativo (fake news, bulos, millares de contenidos que circulan por las redes y por internet en general), el reto que tenemos por delante no es nada sencillo”. “Espacios como este Congreso”, afirmó, “nos sirven para pensar, para reflexionar y para intentar sacar conclusiones de cómo el periodismo es importante que alce la voz con información veraz, responsable y feminista”.
Quintiana insistió en lo de “feminista”, porque “el feminismo lo que busca es que tengamos sociedades más democráticas, más solidarias y más justas e igualitarias”. Y en ese sentido, según ella, el periodismo, el periodismo responsable, puede y debe tener un papel determinante”. “Creo que es importante que paremos y repensemos el papel de los medios como lugar de información, pero también, de sensibilización y concienciación sobre igualdad de género y, por lo tanto, sobre la violencia machista”, añadió. “Es importante incorporar la perspectiva de género en cada titular, en cada texto, en cada guión de tele o radio, en cada plano de vídeo, en cada foto… los medios y toda la comunidad de periodistas y comunicadores tenéis un poder brutal para dejar una huella positiva cuando hablamos de igualdad de género y cuando hablamos de violencia machista”.
En su intervención, la decana de la Facultad de Comunicación de la USC, subrayó que “como profesionales de la comunicación tenemos una responsabilidad añadida con la forma en que narramos estas tragedias y las analizamos en los medios, lo que tiene un impacto directo en cómo la sociedad las percibe, las comprende y, sobre todo, en cómo responde a ellas”. Según ella, “los medios no sólo son un espejo de la realidad; también la moldean y pueden ser herramientas poderosas para erradicar prejuicios, generar conciencia y promover el cambio social, luchando contra la perpetuación de los estereotipos o el amparo del silencio cómplice”. Rodríguez repasó los cambios producidos en el periodismo a lo largo del siglo XX a causa de los movimientos feministas, que exigieron “un tratamiento más crítico de la violencia contra las mujeres, visibilizándola como un problema estructural, y no como incidentes aislados”. Y destacó que “la comunicación sobre violencia de género no es sólo una cuestión de rigor periodístico, sino también de responsabilidad ética, porque cada mensaje cuenta, y tiene el poder de educar o de desinformar, de sensibilizar o de banalizar”. “Por eso”, añadió, “desde las aulas de esta Facultad, sentimos la gran responsabilidad de formar a una nueva generación de comunicadoras y comunicadores que no sólo sean competentes técnicamente, sino también comprometidos éticamente y por eso nos comprometemos a seguir colaborando con iniciativas como este Congreso, que no sólo visibilizan problemas, sino que también ofrecen herramientas para afrontarlos”.
Por su parte, la presidenta de la APG, María Méndez -que agradeció el compromiso de la Consellería y de la Facultad de Comunicación de la USC para el desarrollo de este Congreso-, señaló que el leiv motiv de esta cita “es saber si los asesinatos de mujeres a manos de hombres están tratados de forma correcta y proporcionada a su gravedad en los medios de comunicación, en un año en el que, lejos de disminuir el número de víctimas, su cifra parece mantenerse en el tiempo, con más de cuarenta mujeres muertas en lo que va de año”. Méndez recordó que hablamos de una “lacra social, con mayúsculas y sin ambages, y por eso, la violencia machista tiene que ser comunicada con rigor, no ser justificada, y debe ser denunciada”. “En un mundo donde la información fluye constantemente gracias a los avances tecnológicos”, añadió, “los medios de comunicación desempeñan un papel crucial en la lucha contra las agresiones físicas y psicológicas a las mujeres, y la forma de cubrir este dramático acontecer puede influir significativamente en la percepción pública y, por ende, en la respuesta social a este problema”. “La intervención en las aulas también resulta decisiva a la hora de imprimir ética y sensibilidad hacia esta materia a los futuros profesionales”, concluyó en referencia a la institución en la que tuvo lugar el foro.
En su conferencia, Iván Pino, socio y director senior de Reputación Corporativa, Liderazgo y Sostenibilidad de Llorente y Cuenca, coautor del informe de esa consultora Desenfocadas: cómo opinar e informar mejor sobre lana violencia de género, recordó parte de sus conclusiones: “los medios de comunicación conciencian, sensibilizan y previenen sobre violencia de género el doble que las redes sociales, que son más sensacionalistas”. No obstante, y de acuerdo con ese estudio -afirmó-, “todavía el 20% de las noticias publicadas justifican las agresiones y, una de cada seis, vulnera la intimidad de las víctimas exponiendo datos personales que estas preferirían evitar, de tal manera que sabemos mucho de ellas y poco del agresor; hay un 75% más de menciones a los atributos de las víctimas”. “El negacionismo se retroalimenta”, concluyó, “de tal manera que una insinuación en medios se multiplica por cuatro en la conversación social”. Para la realización del informe Desenfocadas, elaborado en el marco del 8M, el Día Internacional de la Mujer, el equipo de Deep Learning de Llorente y Cuenca analizó durante un año 226,2 millones de artículos de noticias generales, 5,4 millones de noticias sobre violencia de género y 14 millones de mensajes en la red social X relacionados con la violencia de género, en los 12 países en los que esa consultora está presente (Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, España, Estados Unidos, México, Panamá, Perú, Portugal y República Dominicana). En la investigación se emplearon Large Language Models (LLMs- GPT4) para identificar y aislar descriptores dirigidos a víctima y agresor, en noticias públicas obtenidas mediante modelos de scrapers, así como técnicas de Procesamiento del Lenguaje Natural (NLP) en cuatro idiomas, para analizar el cumplimiento de 21 reglas de buenas prácticas, derivadas de las guías United Nations Development Programme (UNDP) y Mediterranean Network of Regulatory Authorities (MNRA).
En el Congreso también participaron como ponentes las periodistas Raquel Tejero, delegada en Galicia del periódico “Él Debate”, y Alba Chao, responsable de la edición digital de “Faro de Vigo”; y las creadoras de contenido en las redes sociales Sindy Takanashi, autora del pódcast Queridas hermanas, y María Rubio (Miare), youtuber. Raquel Tejero aseguró que “llenar titulares en cuanto a violencia de género y quitar el foco de lo que creo que es realmente importante: los sistemas de protección no están funcionando”. “Existen dos Ministerios especialmente importantes en ese sentido, el de Igualdad y el de Interior”, siguió, “pero las mujeres siguen siendo asesinadas y la protección de las mujeres que están dentro del sistema Viogen no está siendo eficaz… y el ejemplo lo tenemos con la mujer asesinada hace apenas un par de semanas en Baiona”. “Por lo tanto”, finalizó, “quiero recalcar que los medios de comunicación, como cuarto poder que somos, debemos ejercer presión para hacer que los sistemas mejoren, para evitar que se desperdicien fondos públicos en asuntos a priori feministas que, vuelvo a pedir perdón por ser tan franca, no están funcionando en absoluto”.
Por su parte, Alba Chao, puso el foco en la importancia de la palabra a la hora de comunicar sobre la violencia de género, “tanto en las palabras que empleamos, como a quién le damos la palabra y a quién le damos voz”. Para ella, estamos normalizando términos que “incluso disfrazados con un halo de modernidad, no hacen más que maquillar e incluso romantizar las agresiones a las mujeres”. En ese sentido se refirió, por ejemplo, “a las cosas más evidentes, y cada vez menos frecuentes, como crimen pasional, la mujer fue encontrada muerta o altercado doméstico, pero también la otras expresiones que pasan más inadvertidas como pareja tóxica, cuando queremos decir que es una persona violenta y agresiva”. Según Chao, “lo mismo acontece con la perpetuación del mito del monstruo”. “Si trasladamos el mensaje de que sólo esos monstruos agreden y asesinan, estamos envolviendo la violencia machista en un aura de excepcionalidad y no la mostramos como lo que en realidad es, un problema estructural y transversal de la sociedad”, afirmó. “Urge por lo tanto”, concluyó, “llamar a las cosas por su nombre: agresor machista, violencia sexual, acoso sexista… y es necesario hacer una reflexión sobre los testimonios que se recogen, su verdadera pertinencia, así como los mensajes que con ellos se trasladan”.
En el panel de creadoras de contenidos en las redes, María Rubio (Miare) dio cuenta del caso de acoso del que fue víctima en las redes sociales por parte de su ex pareja, un famoso you tuber, y cuáles fueron las consecuencias psicológicas –“ocurrió cuando tenía 18 años, tengo 27 y sigo yendo al psicólogo”- y profesionales que le produjo: “arrebatarnos nuestra independencia económica es una de las peores formas de acoso contra las mujeres… las marcas no se quieren relacionar con creadores de contenidos que hayan sido protagonistas de una polémica”. “A día de hoy siento, aunque sea feo decirlo, que ojalá no hubiera denunciado, ya que me sentí absolutamente desprotegida, sobre todo, al principio del proceso”, añadió Miare. “Creo que es necesaria una mayor intervención del sistema para asegurar que se cumplen las leyes y las normas propias de las redes sociales, que ya existen; no hay que crear leyes nuevas”.
Y Sindy Takanashi afirmó que “frente al feminismo, que proviene de la Ilustración y es absolutamente lógico, lo que sustenta el patriarcado es puramente pasional y va directamente a la parte emocional, aunque sus argumentos son absurdos”. “Es increíble”, dijo, “que la Justicia no tome medidas contra las comunidades misóginas de hombres que han surgido en las redes sociales desde varios países como Estados Unidos o Canadá, porque están atrayendo a nuevos seguidores a través de otros contenidos, como por ejemplo, los políticos”. Tanto Miare, como Takanashi, denunciaron tres problemas que existen en la actualidad: “el desconocimiento tecnológico de los que nos deben proteger -como por ejemplo, los jueces-, la misoginia del sistema judicial español, y la inacción de los que teóricamente son nuestros aliados, nuestros padres, nuestros compañeros…, que no quieren salir a denunciar esas violencias en las redes sociales”.
El Congreso finalizó con un relatorio del director xeral da Loita contra a Violencia de Xénero de la Xunta de Galicia, Roberto Barba, que explicó las acciones que está desarrollando la Administración gallega para intentar paliar la lacra de la violencia contra las mujeres, y fue clausurado por Sonia Esperanza Rodríguez, delegada del rector de la Universidad de Santiago de Compostela para la Igualdad, a la que acompañó la presidenta de la Asociación de Periodistas de Galicia, María Méndez. Todas las conferencias y paneles de esta cita anual de la APG, a los que siguieron coloquios abiertos con participación del público asistente, fueron presentados y moderados por profesores y alumnos de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad compostelana y por directivos de la APG.
CONCLUSIONES DEL VI CONGRESO MEDIOS DE COMUNICACIÓN E IGUALDAD DE GÉNERO: